La salud de la piel no se basa en el uso de cientos de cosméticos caros con la finalidad de conseguir un aspecto cada vez más joven o cuidado, sino que esta depende enteramente de las rutinas de limpieza diaria que sigamos, utilizar un buen limpiador, un tónico, una hidratante, todo ello conseguirá que nuestra dermis se encuentre en un estado óptimo.
Cuidar de la piel nada tiene que ver con dinero, exceso de tiempo ni sucesos milagrosos, es todo mucho más simple que eso y además imprescindible, eso sí, lo único que debemos tener claro es que la constancia tendrá que ser nuestra amiga a partir de ahora.
Cuidar del rostro no solo es una acción que tengamos que realizar en la noche cuando nos lavamos la cara y nos vamos a ir a la cama, sino que en la mañana también será un proceso clave para conseguir eliminar todo el sudor y las células muertas que se acumulan en el cutis.
Tampoco el género tiene nada que ver con la limpieza del rostro, esto no es solo cosa de mujeres o de hombres, todo el mundo necesita tener la piel limpia para que el organismo funciones de forma correcta, no debemos olvidar que la dermis es un órgano y como tal necesita unos cuidados.
En este artículo vamos a abordar algunas dudas acerca de uno de los productos más utilizados en las rutinas de limpieza facial, el agua micelar, vamos a ver cual es su lugar y en que se diferencia del tradicional jabón, así que ¡estad muy atentos! y os convertiréis en todos unos expertos.
Antes de seguir os voy a dejar por aquí una lista con las mejores aguas micelares del mercado, así en cuanto terminéis de informaros sobre todo el proceso podéis volver aquí y elegir una de las mejores del ranking: Las 5 mejores aguas micelares para hombres.
La piel y la rutina de cuidado diaria
La piel necesita unos cuidados que a veces no tenemos en cuenta, como sabréis nuestra dermis es un órgano y además se trata del más grande de todo nuestro organismo, a veces lo olvidamos por el simple hecho de ser visible y externo a diferencia de los demás que se encuentran en nuestro interior y que no podemos ver.
Cuando estamos enfermos se refleja en nuestra piel de forma inminente, ésta adopta un aspecto más castigado, descamado, débil, etc, sin embargo cuando estamos sanos y nos encontramos bien, la piel adopta el aspecto contrario, podemos verla jugosa, nutrida, radiante e iluminada.
Por lo tanto podríamos decir que en ella se refleja nuestra salud interior y nuestro ánimo, sin duda un espejo que otras personas ven de nosotros mismos y que incluso nosotros podemos observar.
¿Cuantas veces habéis soñado con tener una piel bonita, libre de imperfecciones y con un aspecto saludable?, estoy segura que en numerosas ocasiones, pero siempre habéis pensado en lo mismo “¿Cómo voy a conseguir yo tener la piel como la de X actor, si no tengo su dinero”…, una frase que cae en el error.
Es cierto que el tener mucho dinero te da la posibilidad de someterte a tratamientos más costosos y con resultados más avanzados, pero todo esto no es necesario para conseguir ese aspecto que vosotros queréis, todo es mucho más sencillo y sí ¡está al alcance de todos en este mismo momento!
La pregunta es, ¿cómo cuidáis vuestra piel?, ¿lleváis a cabo una rutina de cuidado diaria?
Importancia de limpiar la dermis
Ya hemos dicho que una rutina de cuidados diarios es imprescindible para la piel, pero hay un paso dentro de esa rutina que todavía es más imprescindible aún, la limpieza del cutis.
Para que los tratamientos que utilicemos cada día puedan trabajar bien y penetrar hasta el interior de la dermis, es fundamental que esta se encuentre limpia y no tenga los poros obstruidos ni maquillaje, suciedad o incluso células muertas que no permitan este proceso.
La limpieza debe ser llevada a cabo al menos en dos ocasiones, una en la mañana para retirar el sudor y las células muertas que se quedan en la superficie del rostro después de la regeneración de la dermis mientras dormimos y otra en la noche antes de irnos a la cama para retirar la suciedad acumulada de todo el día, las impurezas, el maquillaje si lo hemos utilizado o las partículas que se adhieren al rostro y que no podemos ver a simple vista.
Este proceso será el más importante y el que nos ofrezca un estado del rostro realmente saludable, ahora bien, no debe ser el único paso ya que tonificar e hidratar también jugarán un papel importante en el estado de esta.
Una vez que sabemos esto, nos puede surgir la duda más común de todas, ¿que limpiador debo usar?, esta claro que en el mercado existen cientos de ellos pero nosotros vamos a hablar hoy de la famosa agua micelar, un limpiador que se lleva el premio al más vendido.
Agua micelar, el comodín del cuidado de la piel
Seguro que habéis oído hablar de ella, un cosmético que se encuentra en la cumbre de ventas desde hace muchos años y que no es de extrañar debido a la cantidad de beneficios que tiene su uso.
Este cosmético surgió de forma inesperada en el mundo de la cosmética pero sin lugar a dudas fue todo un éxito que sigue alcanzando su pico de esplendor hasta día de hoy.
Su principal función es limpiar la piel pero no la única, ya que se le conoce como uno de los productos más polivalentes del mercado, a la misma vez que va limpiando también ofrece funciones propias de tónico, hidratante, etc. Muchas personas la han convertido en un único paso de la rutina por este motivo, aunque no es lo que se recomienda.
Su principal ingrediente es la micela, una partícula que junto a otras muchas forman una especie de bola que como si de un imán se trataran van atrayendo la suciedad, atrapándola y arrastrándola hasta el exterior de la dermis, de esta forma elimina de manera inmediata toda la suciedad que se acumula en el rostro, pero además lo hace de forma completamente respetuosa, sin causar daños en el rostro ni empeorar alguna imperfección de la piel.
Es un cosmético que se puede utilizar en todos los tipos de pieles gracias a su trato tan delicado y a la formulación que suelen tener, tan liviana y sencilla, por lo que ¡nadie tendrá que prescindir de ella!
Si sois más amantes de la cosmética casera, también podéis tener vuestra agua micelar en pasos muy sencillos, en este artículo podréis encontrar algunas recetas que os encantarán: Agua micelar casera, aprende a hacerla con simples pasos.
Lavar la cara con agua micelar o con jabón, ¿cuál es la mejor opción?
El jabón siempre ha sido el producto neutro para todo, para lavar el rostro, el cuerpo, el cabello ¡y hasta la ropa!, está claro que si lo hacemos casero y elegimos ingredientes buenos los resultados no serán malos, además si este es neutro será apto para todo tipo de pieles y la tratará de forma respetuosa, pero ¿elimina de forma efectiva la suciedad que se acumula en la piel?
Seguro que recordáis a vuestras abuelas utilizar el jabón para limpiar la cara pero quizás si miráis ahora, existen tantos productos limpiadores que éste se ha quedado bastante atrás, aún así todavía hay mucha gente que apuesta por él, un aspecto que nos hace pensar si realmente será o no una buena opción.
Hoy en día podemos decir que el jabón no es la mejor de las opciones para eliminar la suciedad de la piel, por el simple hecho de quedarse bastante básico en este sentido. En el mercado podemos encontrar otros productos que hoy en día facilitan esta limpieza y además ofrecen mejores resultados, como pro ejemplo el agua micelar.
Ninguna de las opciones es dañina para la piel, pero si que hay una de ellas que es mucho más efectiva y que por lo tanto ofrecerá un cutis mucho más limpio, facilitando la penetración de los demás productos y por ende consiguiendo mejores resultados de forma general, y esta es la querida agua micelar.
No obstante, en ningún caso una contrarresta a la otra, es decir, no hay porque elegir uno si lo que queremos es utilizar ambos productos, no habrá ningún tipo de problema a la hora de añadir un jabón y un agua micelar a la rutina diaria, solamente conseguiremos potenciar más la limpieza.
¿Es necesario usar los dos?, no, no es necesarios para obtener buenos resultados, ¿pero se pueden utilizar sin problemas para potenciar la limpieza? pues sí.
Si todavía pensáis que necesitáis aprender más sobre el agua micelar, os recomiendo que le echéis un vistazo a este artículo que seguro que os cuenta todo aquello que necesitabais conocer: Agua micelar, ¿qué es y para que sirve?
Entonces, si utilizamos los dos, ¿el agua micelar va antes o después del jabón?
Si habéis decidido dejar el jabón en vuestra rutina de cuidado facial porque os encanta la sensación que os da o porque simplemente pensáis que es la mejor opción ¡genial!, pero debéis tener en cuenta que éste debe tener un pH neutro para que no haga daño a la piel, además si su formulación es a base de sustancias naturales mucho mejor.
El agua micelar es un limpiador que sin ningún tipo de problema se puede utilizar con otro limpiador más fuerte o potente, al tratarse de un cosmético tan respetuoso con la piel no hay ningún tipo de inconveniente en ello. Por lo tanto con el jabón no iba a ser menos.
Para una correcta limpieza facial es importante que sepáis que el agua micelar siempre debe ir antes que el jabón, de esta manera con la primera eliminaremos la suciedad más pesada y una vez que el rostro esté limpio podemos culminar la limpieza con el jabón que hemos elegido.
Esta loción no necesita aclarado pero si utilizáis posteriormente un jabón si es necesario que aclaréis el rostro y lo sequéis muy bien, ya que éste si puede dejar residuos o espuma en la piel.
Para aclarar la piel debemos utilizar agua tibia, ya que si esta muy fría o muy caliente podemos dañar la dermis, ya que se alteran los aceites naturales del rostro. Lo mismo ocurre a la hora de secarla, debemos hacerlo con una toalla suave dando especie de toques en el cutis, sin frotar y sin ser brutos.
Por lo tanto ya sabéis cual es el sitio de cada uno de ellos, ahora bien, ¿sabéis como sigue la rutina? es importante que no nos saltemos ningún paso para que todo el proceso vaya de forma correcta.
El lugar del agua micelar y los demás productos en la rutina facial
Para terminar con toda esta información me gustaría dejaros por aquí el ejemplo de una rutina completa para que sepáis cuando introducir el agua micelar y el jabón, que hacer antes y que hacer después, así que ¡atentos!
- Desmaquillante o agua micelar: Si sois de maquillaros con pinturas waterproof o con diseños muy sofisticados se recomienda el uso de un desmaquillante, ahora bien si no lo hacéis o éste es bastante sutil el primer paso sería el agua micelar. Para ello utilizaremos un disco de algodón empapado en la loción y lo pasaremos por todo el rostro, no dejaremos de hacerlo hasta que el disco salga limpio.
- Jabón (opcional): Justo después de esta loción viene el uso de nuestro querido jabón, para utilizarlo esta vez usaremos nuestros dedos, para ello tendrán que estar completamente limpios para no contaminar el proceso. Una vez enjabonada la cara pasamos al acto de aclarar y secar, recordad las condiciones de estos dos actos.
- Tónico: Este producto se encargará de equilibrar el pH de la dermis y conseguir que se cierren los poros, de forma que dejará la piel completamente preparada para cualquier tratamiento. Para utilizarlo hacemos lo mismo que con el agua micelar, un disco de algodón empapado.
- Crema hidratante: Este paso no puede faltar, ya que después de una limpieza de la dermis debemos dejarla hidratada y para ello tendremos que utilizar los dedos e ir aplicando la crema con suavidad y movimientos circulares.
Si queréis una limpieza más profunda, se recomienda el uso del sérum justo antes de la crema hidratante, así como del exfoliante que se utilizaría justo delante del tónico y por último (una vez a la semana) la mascarilla facial que va justo después del tónico.
Sabiendo esto, ya tenemos caro que el jabón y el agua micelar son compatibles, así que si eres un amante del jabón para limpiar tu rostro no vas a tener que prescindir de él, ahora bien, también debes saber que no es estrictamente necesario su uso para conseguir un rostro limpio.
Aún así, hay muchas personas que les gusta la sensación que deja el jabón así que espero que os alegre saber que podéis utilizarlo siempre que queráis (siempre y cuanto sea respetuoso y neutro), así que ¡a cuidar de la piel!